EL PENSADOR: EL PESIMISMO CRECE

THE THINKER: PESSIMISM GROWS

Advierto, sin demasiadas dificultades, que la impopularidad de los políticos sigue aumentando entre la mayoría de nuestra sociedad.

I warn, without too much difficulty, that the unpopularity of politicians continues to increase among the majority of our society.

En parte, podría simplificar esto, que, está claro, conduce a un pesimismo también creciente entre esos ciudadanos, remitiéndome a advertencias de intelectuales y filósofos de tiempos remotos, con lo cual lograría demostrar la angustiante antigüedad que esta cuestión tiene. Pero no. Recordaré una frase de fines del siglo pasado de Giovanni Sartori, analista de renombre cuya obra es fácilmente accesible hoy día y cuyo pensamiento deja en evidencia que, transcurridos cientos de años, queda la impresión de que pocas cosas han cambiado en la política: “Los políticos son populares en tiempos heroicos, pero pocas veces lo son en tiempos rutinarios, cuando la política de la democracia se convierte en un confuso y ordinario esfuerzo cotidiano. Los ataques contra los políticos vienen de tiempos remotos, pero abundan en la denominada ‘literatura antiparlamentaria’ de finales del siglo XIX y se han repetido desde entonces. Por tanto, el desencanto y la desilusión por la política no es nada nuevo. No obstante, prestigiosos pensadores han detectado una tendencia sin precedentes entre los ciudadanos: en medio de la frustración y la ira, una suerte de abierto rechazo a la política”.

In part, I could simplify this, which, of course, leads to a growing pessimism among these citizens, by referring to the warnings of intellectuals and philosophers of remote times, with which I would be able to demonstrate the distressing antiquity that this issue has. But not. I will recall a phrase from the end of the last century by Giovanni Sartori, a renowned analyst whose work is easily accessible today and whose thought makes it clear that, after hundreds of years, the impression remains that little has changed in politics: «The Politicians are popular in heroic times, but they are seldom so in routine times, when the politics of democracy becomes a confused and ordinary everyday endeavor. Attacks on politicians date back to ancient times, but they abound in the so-called ‘anti-parliamentary literature’ of the late 19th century and have been repeated ever since. Therefore, disenchantment and disillusionment with politics is nothing new. However, prestigious thinkers have detected an unprecedented trend among citizens: in the midst of frustration and anger, a kind of open rejection of politics.

Es como una fotografía de nuestro hoy.

It is like a photograph of our today.

En el intento de hallar una explicación a esta peligrosa corriente de inestabilidad para la democracia, que, se ha probado hasta el cansancio, necesita de la política aun en su condición, para algunos, de ‘mal necesario’, me he preguntado acerca de las razones que impulsan a los políticos a ser tales.

In the attempt to find an explanation for this dangerous current of instability for democracy, which, it has been proven ad nauseam, needs politics even in its condition, for some, of a ‘necessary evil’, I have wondered about the reasons that drive politicians to be such.

Es obvio que esto, con los diversos cambios de todo tipo a través de las épocas, admite variantes. Pero en el imperioso ahora y aquí… ¿cuáles son esas razones? ¿La necesidad de representar a los demás para mejorar su acceso a una mejor vida? ¿El imperativo moral de sentirse guardianes de la Constitución y las leyes que rigen el Estado? ¿Una actitud moral, intelectualmente honesta, de servir, hasta donde con honradez puedan, a quienes les han otorgado el voto?

It is obvious that this, with the various changes of all kinds through the ages, admits variants. But in the compelling now and here… what are those reasons? The need to represent others to improve their access to a better life? The moral imperative of feeling like guardians of the Constitution and the laws that govern the State? A moral attitude, intellectually honest, to serve, as far as they can honestly, those who have given them the vote?

Sería un atrevimiento, una audacia, un exceso de mi parte decir que no, que lo que impera es la ambición de poder, el personalismo que conduce a la autocracia o la corrupción.

It would be daring, audacity, an excess on my part to say no, that what prevails is the ambition for power, personalism that leads to autocracy or corruption.

Sin embargo… Vuelvo a Sartori, quien destaca, de la actitud social, “el negativismo” –la culpa la tienen los políticos porque prometen y luego, sentados en el sillón de las decisiones, nada mejora lo necesario-, “la desaparición de la base ideológica creando un enojo cada vez mayor en los ciudadanos” –como otros han dicho, murieron las ideologías sin cumplir, pese al paso del tiempo, sus promesas- o, sencillamente, porque también existe y es día a día más evidente, “la corrupción política”.

However… I return to Sartori, who highlights, from the social attitude, «negativism» -the politicians are to blame because they promise and then, sitting in the decision-making chair, nothing improves what is necessary-, «the disappearance of ideological base creating an ever greater anger in the citizens” – as others have said, ideologies died without fulfilling their promises, despite the passage of time – or, simply because it also exists and is more evident day by day, “the political corruption».

Así las cosas, el horizonte presenta una apariencia desoladora, porque a todas las hipótesis descritas hay que añadir, y para mi es esencial, la educación básica y la capacidad intelectual disminuidas, la incultura y las actitudes que muchos políticos –por fortuna hay excepciones- exponen, descarnadamente y cada jornada, frente a la sociedad.

This being the case, the horizon presents a bleak appearance, because to all the hypotheses described we must add, and for me it is essential, basic education and diminished intellectual capacity, lack of culture and the attitudes that many politicians -fortunately there are exceptions- they expose, starkly and every day, in front of society.

Si así fuese el escenario, y yo no estuviese equivocado, siento crecer mi propio pesimismo, porque soy demócrata republicano, creo en nuestro sistema de gobierno, y me doy cuenta que una solución integral a los problemas planteados, insumirá, aunque se inicie en este momento, varias generaciones.

If this were the scenario, and I was not mistaken, I feel my own pessimism grow, because I am a Republican Democrat, I believe in our system of government, and I realize that a comprehensive solution to the problems raised will take, even if it starts in this moment, several generations.

¿Digo, acaso, que estamos perdidos?

Do I say that we are lost?

Por supuesto que no. Pero siempre que la convicción de la necesidad de cambios, personales y grupales, comience de inmediato, asumiendo la realidad, midiendo con precisión los peligros latentes y dando los primeros pasos que -¡ah, qué forma de redundar en la que uno incurre!- marcan dos sendas: una, de trecho más corto, que debe recaer ya en los políticos, a como dé lugar, con menos ambiciones particulares y más afición por los consensos, recuperando la ética del servicio público; otra, larga, ya se sabe, que hay que asentar en la educación más temprana y desarrollarla desde ahí.

Of course not. But as long as the conviction of the need for changes, personal and group, begins immediately, assuming reality, accurately measuring the latent dangers and taking the first steps that -ah, what a way to result in what one incurs!- they mark two paths: one, of a shorter stretch, which must fall on the politicians, at all costs, with less particular ambitions and more fondness for consensus, recovering the ethics of public service; another, long, you know, that you have to settle on the earliest education and develop it from there.

Y cierro con Sartori: “Se necesita una violenta sacudida, porque la ‘limpieza política’ es la principal prioridad de nuestra época. Repetiré, no obstante, que la escoba de la anti política es necesaria, pero a condición de que, al acabar con lo malo, no acabe con la política sino sólo la limpie”.

And I close with Sartori: “A violent shake-up is needed, because ‘political cleansing’ is the main priority of our time. I will repeat, however, that the broom of anti-politics is necessary, but on condition that, by ending what is bad, it does not end politics but only cleans it.

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