“Las mujeres cantan al mito” treinta años después. Treinta años el próximo dos de julio. Flamenco Madrid y su director, Ángel Rojas, quisieron homenajear a Camarón de la Isla con cuatro mujeres cantaoras en la gala de despedida del festival. La sevillana Remedios Amaya, la pacense María de los Ángeles Salazar la Kaíta, la catalana Montse Cortés y la gaditana de Arcos de la Frontera Fabiola Pérez, la Fabi, fueron las reinas de la noche.

Ángel Rojas dio una lección magistral de composición e iluminación escénica, tiempos de cantes y guitarras, cantes de Camarón y cantes dedicados al genio ya invisible pero siempre presente. Y qué guitarras, las de Joni Jiménez y Juan Vargas. A las palmas Samara Amaya y Rosa Escudero. Un invitado ilustre a las palmas, Capullo de Jerez.

Y un aparte para los efectos especiales en fondo de escena que hicieron un recorrido por la discografía de Camarón, sus imágenes y ese rayo de luz permanente, atravesando el planeta Tierra. Rayo de luz permanente, la inextinguible  luz de Camarón.  

Gala corta pero intensa. Una hora de duración. Como introducción, las cuatro en un plato fuerte: La inolvidable Cómo el agua, en homenaje a los dos genios, Camarón y Paco de Lucía. Bien es cierto que el estribillo sonó bastante a guirigay, previsto o no, quién sabe. Las cantaoras son muy capaces de ir a su aire,  de olvidarse de la dirección. O no.

En los cantes individuales, Me voy contigo, de la gran Amaya que no olvida jamás aquella aparición suya en el Festival de Eurovisión en 1983, haciéndola de algún modo presente, por ejemplo actuando descalza, como entonces. Es como la fijación que no cesa, porque consiguió lo más difícil: Ni un voto. Pero cantar flamenco, canta como decía Manolo Caracol, con voz que acaricia.

La noche fue mucho por soleá y bulerías, palos camaroneros donde los haya. Ahí estuvo el inolvidable último disco  Potro de rabia y miel de cuando Camarón ya sabía que la Parca le esperaba al final del camino.

No faltó el cante que le dedicó Lola Flores en los ochenta diciendo lo que tanto se ha dicho, que Dios tuvo celos de su voz y por eso se lo llevó tan pronto. Muy bonito, pero muy alejado de la realidad. A Camarón se lo llevó el abuso del tabaco, por voluntad propia, porque él sabía … Fumó su último cigarrillo poco antes de exhalar su último suspiro. Y seguro que lo disfrutó.

Que conciertazo el de los dúos de guitarras de Joni y Juan, con el centro de la escena para ellos. Qué placer para el oído. Lo mejor del concierto.

Luego siguieron las cuatro protagonistas, cantando por él y para él y las que lo conocieron y de él aprendieron se emocionaron recordándole. Remedios Amaya hasta se proclamó “camarona” de toda la vida.  Emocionaron a ese aforo del 95% de la Sala Guirau, demostrando que el poder de convocatoria de Camarón de la Isla sigue intacto treinta años después, cante quien cante. El mérito sigue siendo del de San Fernando.

El Romance del amargo cambió de letra en la voz de  Montse Cortés, ella debió pensar que aquí estábamos homenajeando a  Camarón de la Isla y eso no tenía nada que ver con  García Lorca, autor del romance original, porque el poeta ya va a tener lo suyo en este 2022, por el centenario del Concurso del Cante Jondo dentro de unos días, el 13 y 14 de junio, mucho más famoso ahora que entonces.

Tarantas, cartageneras, cantes festivos y un fin de fiesta competitivo entre divas, como era de esperar, puso fin a la gala y al Festival Flamenco Madrid 2022.

A la salida nos encontramos con los felices seguidores del Real Madrid, camino del Bernabéu. Lo más importante en Madrid ese domingo 29 de mayo. Aunque una no sea madridista, da gusto que la Champions se quede en Madrid.

Al año que viene, el Atleti.