

Analista Politico Internacional Italiano
El juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal de Brasil, ha declarado nulos los actos que dieron lugar a la persecución judicial, el encarcelamiento y la suspensión de sus derechos civiles y políticos contra Ignacio Lula Da Silva. Esto podría poner fin a la agonía de la justicia brasileña y a la agonía personal de Lula, víctima de un complot político-judicial decidido en Washington y organizado en Brasilia. Incluso con otros procesos en curso, Lula ha vuelto a ser sujeto de derecho, candidato y elegible, habiendo desaparecido las inhibiciones de derechos políticos que las sentencias habían producido.
Il giudice Edson Fachin, del Supremo Tribunale Federale del Brasile, ha dichiarato nulli gli atti che hanno portato alla persecuzione giudiziaria, alla carcerazione ed alla sospensione dei diritti civili e politici di Ignacio Lula Da Silva. Potrebbe finire così l’agonia della giustizia brasiliana e quella personale di Lula, vittima di un complotto politico-giudiziario deciso a Washington e organizzato a Brasilia. Pur con altri procedimenti in corso, Lula è tornato soggetto di diritto, candidabile ed eleggibile, essendo venute meno le inibizioni ai diritti politici che le sentenze avevano prodotto.
Ignacio Lula Da Silva, conocido por todos como «Lula», antiguo obrero siderúrgico y sindicalista, fundador del Partido de los Trabajadores (PT) y presidente de Brasil durante dos mandatos consecutivos, fue de hecho declarado culpable de corrupción sobre la única base de una teoría política disfrazada de investigación judicial. ¿Acusaciones probadas? No, se basa en artículos de prensa sin citar siquiera las fuentes.
Ignacio Lula Da Silva, per tutti “Lula”, ex operaio metallurgico e sindacalista, fondatore del Partito dei Lavoratori (PT) e presidente del Brasile per due mandati consecutivi, era stato infatti giudicato colpevole di corruzione sulla esclusiva base di un teorema politico camuffato da inchiesta giudiziaria. Accuse provate? No, basate su articoli di stampa privi persino di citazioni delle fonti. In trecento pagine di requisitoria non c’era nemmeno una prova.
En trescientas páginas de acusación no había ni una sola prueba. La conspiración urdida por las élites brasileñas y el juez Moro se desencadenó para evitar su reelección en el Planalto, dado que las encuestas le daban como seguro ganador. Las élites blancas sintieron la amenaza de un tercer mandato de Lula, dado que su administración en ocho años sacó a 36 millones de personas de la pobreza, creó 11 millones de empleos, dio acceso a cientos de miles de jóvenes pobres a la educación superior y a la universidad y restauró el estatus de Brasil como potencia internacional.
Il complotto ordito dalle elites brasiliane e dal giudice Moro si innescò per evitare una sua nuova elezione al Planalto, dato che i sondaggi lo davano sicuro vincente. Le elites bianche intuirono la minaccia di un terzo mandato per Lula, visto che la sua amministrazione in otto anni sottrasse 36 milioni di persone alla miseria, creò 11 milioni di posti di lavoro, consentì a centinaia di migliaia di giovani poveri di accedere all’istruzione superiore e all’università e restituì al Brasile il rango di potenza internazionale.
El Supremo Tribunal Federal ha reconocido ahora que toda la investigación, dirigida por el fiscal Moro, fiel servidor del Departamento de Estado de Estados Unidos y brazo judicial de las élites militares brasileñas, estuvo viciada por una sustancial falta de competencia en la formulación de los cargos, así como en las condenas relativas. Por lo tanto, un defecto de forma que no excluye la posibilidad de recurrir a un nuevo tribunal, que sería «competente», el derecho a iniciar un nuevo procedimiento. Incluso la prensa brasileña prevé una más que probable intervención del fiscal general de Brasil, Augusto Aras, muy cercano al presidente Bolsonaro, que ya prepara un recurso a la sentencia del juez Fachin. Pero 580 días de prisión siendo inocente es, sean o no competentes los magistrados, una deuda que la justicia brasileña tiene con Lula y con todo Brasil.
Il Tribunale Supremo Federale ha ora riconosciuto come tutta l’inchiesta, guidata dal procuratore Moro, fedele servitore del Dipartimento di Stato USA e braccio giudiziario delle elites militari brasiliane, fosse viziata da una sostanziale mancanza di competenza nella formulazione dei capi d’accusa come delle relative sentenze. Dunque, un vizio di forma che non esclude la possibilità di ricorrere ad un nuovo tribunale, che fosse “competente”, il diritto ad iniziare un nuovo procedimento. Addirittura la stampa brasiliana prevede un più che probabile intervento del Procuratore generale del Brasile, Augusto Aras, molto vicino al presidente Bolsonaro, che starebbe già preparando un appello alla sentenza del giudice Fachin. Ma 580 giorni di carcere da innocente formano, competenza o meno dei magistrati, un debito che la giustizia brasiliana ha nei confronti di Lula e dell’intero Brasile.
«Lava Jato», así se llamó el montaje judicial que tuvo en Lula a la excelente víctima. Se vendió a la opinión pública como una operación anticorrupción, pero, en realidad, fue una gigantesca obra de manipulación destinada a subvertir el marco político brasileño. Fue, fundamentalmente, la aplicación, a escala brasileña, de las operaciones de Lawfare con las que Estados Unidos maneja la ofensiva contra los líderes y partidos de la izquierda latinoamericana, con el objetivo de subvertir el marco político progresista y sustituirlo por uno aceptable para Washington y los poderes fuertes locales. En Brasil procedieron en tres frentes: derribar el gobierno de Dijlma Roussef, golpear profundamente al PT y, finalmente, sacar a Lula de la escena política por un largo tiempo.

“Lava Jato”, così si chiamava la montatura giudiziaria che ha avuto in Lula la vittima eccellente. Venne venduta al pubblico come operazione anticorruzione ma, in realtà, fu una gigantesca opera di manipolazione destinata al sovvertimento del quadro politico brasiliano. Fu fondamentalmente l’applicazione su scala brasiliana delle operazioni di Lawfare con la quale gli Stati Uniti gestiscono l’offensiva contro i leader e i partiti della sinistra latinoamericana, con l’obiettivo di sovvertire il quadro politico progressista e sostituirlo con uno gradito a Washington e ai poteri forti locali. In Brasile si procedette su tre fronti: abbattere il governo di Dijlma Roussef, colpire a fondo il PT e, infine, mettere Lula fuori dalla scena politica per un bel pezzo.
No es casualidad que el titular de la controvertida investigación «Lava Jato» fuera el juez Sergio Moro. De hecho, forma parte de un grupo de fiscales y jueces formados por Estados Unidos con el fin de luchar contra la «corrupción» en América Latina. Asisten a los cursos denominados «The Bridges», que son impartidos directamente por el Departamento de Estado de Estados Unidos y es con el apoyo de este país que luego se instalan en las distintas Fiscalías de los respectivos países del subcontinente. El juez Moro ya era especialmente conocido por sus pasiones políticas de ultraderecha, por ser un feroz opositor a Lula y por su relación con miembros de la derecha brasileña, marcada por su participación en fiestas en los domicilios de personas a las que debería haber llegado su investigación, pero que, casualmente, siempre se quedaban fuera. En confirmación de su «condición de tercero» fue nombrado ministro en el gobierno de Bolsonaro, del que dimitió por «diferencias personales».
Non è un caso che titolare della controversa inchiesta “Lava Jato” sia stato il giudice Sergio Moro. Egli, infatti, fa parte di un gruppo di procuratori e giudici formati dagli Stati Uniti allo scopo di combattere “la corruzione” in America Latina. Frequentano corsi denominati “I ponti”, che vengono impartiti direttamente dal Dipartimento di Stato USA ed è con il sostegno statunitense che vengono poi insediati nelle diverse Procure dei rispettivi paesi del subcontinente. Il giudice Moro, poi, era già particolarmente noto per le sue passioni politiche di ultradestra, per essere un feroce oppositore di Lula e per le sue frequentazioni con appartenenti alla destra brasiliana, scandite dalla sua partecipazione a feste in case di personaggi che pure avrebbero dovuto essere raggiunti dalla sua inchiesta ma che, guarda caso, ne sono sempre restati fuori. A conferma della sua “terzietà” ebbe l’incarico di ministro nel governo Bolsonaro, dal quale si dimise per “divergenze personali”.
Al asunto de Lula le han acompañado los de Cristina Kirschner, Correa, Evo Morales y Lugo. Golpes de Estado exitosos o incluso intentados (Honduras, Venezuela, Nicaragua, Bolivia); golpes parlamentarios (Brasil, Paraguay, Perú), investigaciones sin valor jurídico (Argentina, Brasil, Ecuador); subversión desde el interior de los respectivos países mediante el uso de ONGs imaginarias encargadas de formar grupos subversivos que operan desde el interior y son apoyados desde el exterior (Venezuela, Nicaragua, Cuba).
La vicenda di Lula si è accompagnata a quella di Cristina Kirschner, di Correa, di Evo Morales. Golpe di stato riusciti o anche solo tentati (Honduras, Venezuela, Nicaragua, Bolivia); golpe parlamentari (Brasile, Paraguay, Perù), inchieste prive di ogni valenza giuridica (Argentina, Brasile, Ecuador); sobillazione dall’interno dei rispettivi paesi attraverso l’uso di fantomatiche ONG incaricate di formare gruppi sovversivi operanti dall’interno e sostenuti dall’esterno (Venezuela, Nicaragua, Cuba).
Estos han sido los ingredientes de la nueva reconquista de América Latina, aplicación a escala continental de lo ya visto en Europa del Este y en los países árabes con las llamadas «primaveras». Se ha realizado una versión 5.0 del clásico golpe de Estado, actualizada tecnológicamente (la web como protagonista absoluta), políticamente (alianzas con diferentes sectores políticos y el poder judicial) y operativamente (formación de bandas paramilitares que dirigen grupos de manifestantes con el objetivo de elevar el nivel de tensión y provocar accidentes y víctimas con las que pedir apoyo y sanciones internacionales). Todo sacado del manual de Gene Sharp sobre el «golpe de estado suave», o «cómo derribar un régimen». Todo con dinero estadounidense, proporcionado a través de USAID, Freedom House, IRI, IDI y otras aparentes ONG.
Sono stati questi gli ingredienti della nuova reconquista dell’America Latina, applicazione in scala continentale di quanto già visto in Europa dell’Est e nei paesi arabi con le cosiddette “primavere”. E’ in scena una versione 5.0 del golpismo classico, aggiornata tecnologicamente (la Rete protagonista assoluta), politicamente (le alleanze con i diversi settori politici e la magistratura) ed operativamente (formazione di bande paramilitari che dirigono gruppi di manifestanti con lo scopo di alzare il livello della tensione e provocare incidenti e vittime con le quali chiedere poi sostegno internazionale e sanzioni). Tutto tratto dal manuale di Gene Sharp sul “golpe blando”, ovvero “come abbattere un regime”. Il tutto con il denaro statunitense, erogato attraverso USAID, Freedom House, IRI, IDI ed altre Ong apparenti.
En los países del Cono Sur, el núcleo de la desestabilización se centró en la eliminación de los líderes de la izquierda de la competencia política y electoral. El lawfare, es decir, la utilización de los mecanismos legales en clave política, ha sido el modus operandi. Investigaciones burdamente falsas, dirigidas por magistrados de confianza de Estados Unidos y de las élites financieras y militares de los distintos países, han representado la cara pública de la conspiración internacional estadounidense.
Nei Paesi del Cono Sud, il cuore della destabilizzazione si è incentrato sull’eliminazione dei leader della sinistra dalla competizione politica ed elettorale. Il lawfare, ovvero l’utilizzo dei meccanismi giuridici in chiave politica, è stato il modus operandi. Inchieste grossolanamente finte, gestite da magistrati di fiducia degli Stati Uniti e delle elites finanziarie e militari dei diversi paesi, hanno rappresentato il volto pubblico del complotto internazionale statunitense.

La decisión del Tribunal, de hecho, aunque en teoría deja espacio para posibles nuevas iniciativas judiciales contra el ex Presidente, parece ser una decisión que estaría llena de inevitables reverberaciones en el terreno político. Al negar completamente los procesos y las sentencias, la decisión del TSF coloca, de hecho, aunque indirectamente, una fuerte hipoteca sobre eventuales nuevas aventuras contra el líder de la izquierda brasileña y latinoamericana.
El futuro judicial de Lula se jugará en el terreno del enfrentamiento político brasileño. En este sentido, el cambio de rumbo del Poder Judicial puede encontrar diferentes explicaciones, entre ellas, la de una desconexión entre el aparato jurídico-militar del País Carioca y Bolsonaro, con el primero que a estas alturas considera al segundo un títere y no un Presidente, un problema y no una solución. La demencial gestión de la emergencia Covid-19, su declarada pasión por Trump, que le ha llevado a mostrar una clara hostilidad hacia la nueva administración Biden, la ruptura con China (que importa un tercio del sector agroalimentario brasileño) y la feroz crisis económica, hacen del actual presidente y su camarilla un remanente del pasado, desde luego no una apuesta de futuro.
Nuove iniziative giudiziarie contro l’ex Presidente sarebbero dense di inevitabili riverberi sul terreno politico: smentendo completamente procedimenti e sentenze, la decisione del TSF pone infatti allo scoperto il carattere pretestuoso e strumentale dell’inchiesta, in ultima analisi ne evidencia il suo tratto cospirativo e, così, per quanto indirettamente, pone una forte ipoteca su eventuali nuove avventure contro il leader della sinistra brasiliana e latinoamericana. Il futuro giudiziario di Lula si giocherà sul terreno dello scontro politico brasiliano. In questo senso il mutamento di rotta della magistratura può trovare spiegazioni diverse, non ultima quella di uno scollamento tra l’apparato giuridico-militare del Paese carioca e Bolsonaro, con il primo che considera ormai il secondo una macchietta e non un presidente, un problema e non una soluzione. La folle gestione dell’emergenza Covid-19, la sua dichiarata passione per Trump che lo ha portato a manifestare una netta ostilità verso la nuova amministrazione Biden, la rottura con la Cina (che importa un terzo del settore agroalimentare brasiliano) e la feroce crisi economica, fanno dell’attuale presidente e della sua cricca un residuo del passato, non certo una scommessa per il futuro.
Para Lula parece que hoy se puede escribir el fin de la persecución judicial basada en nada desde el punto de vista probatorio. Vuelve al campo y con él el recuerdo de una administración que, por primera vez, cambió el destino de un país que se había convertido en símbolo de la desigualdad. Los brasileños, que obtuvieron los índices de aprobación más altos de la historia del país, siguen queriendo que el presidente-trabajador dirija Brasil. Según los últimos sondeos, Lula obtendría el 50% de los votos frente al 38 de Bolsonaro. La votación de 2022 será una oportunidad para volver a escribir una historia diferente.
Per Lula sembra oggi potersi scrivere la parola fine alla persecuzione giudiziaria basata sul nulla dal punto di vista probatorio. Torna di nuovo in campo e con lui il ricordo di una amministrazione che, per la prima volta, aveva cambiato il destino di un paese che era assurto a simbolo della diseguaglianza. I brasiliani, che verso di lui avevano fatto riscontrare gli indici di gradimento più alti nella storia del Paese, continuano ad volere il presidente-operaio alla guida del Brasile. Secondo i sondaggi recenti, Lula otterrebbe il 50% dei voti contro il 38 di Bolsonaro. Il voto del 2022 sarà l’opportunità di ritornare a scrivere una storia diversa.