PLANETA LITERARIO: SENÉN GONZÁLEZ VÉLEZ

Senén González Vélez
COLOMBIA

Hoy en PLANETA LITERARIO nos complacemos en presentar una vez más a Senén González Vélez gran intelectual y escritor Colombiano quien nos cuenta que entre otras cosas que le gusta recurrir a los cuentos y relatos, porque siempre los protagonistas que crea para referirlos o idearlos, son los animales a quienes quiere admira y respeta. Y además en sus cuentos o relatos también están presentes: La naturaleza, porque le sirve de colorido y escenario propicio, para darle forma y movimiento a sus fantasías. Este escritor confiesa que de todos sus personajes hay muchas cosas que aprender, entre estas, la sabiduría natural que nos regala, que está compuesta por el instinto de conservación, sus reglas, su orden, que se cumplen todos, en tiempos precisos y reales y que el hombre obstinado, pretende modificar, irresponsable e irrespetuosamente.

Senén, acaba de publicar un libro llamado El Diablo con Toga cuya salida coincidió justamente con la pandemia. Libro muy interesante que trata de la corrupción a través de los cargos públicos en donde cita varias anécdotas que tocan con el derecho de pernada muy frecuente entre políticos para efectos de conseguir puestos. Así mismo podemos apreciar en el libro un caso en que el demandado penalmente acude a la corte suprema y está prevarica un caso parecido al del Ex- Presidente Uribe en tendencia en estos momentos. Libro que no hizo esperar un comentario muy significativo que a continuación publicamos:

Doctor
Senén Gonzãlez Vélez
La ciudad

Distinguido doctor:

En mi condición de profesor de Procedimiento Penal de la Facultad de derecho de la Universidad de Cartagena de Indias, permítame que por este medio, dé respuesta a su petición de fecha 20 de agosto del 2020.

Si son ciertos los hechos plasmados en su interesante obra, «EL DIABLO CON TOGA». a partir de la pàgina 125, todos los magistrados de la Corte Suprema de Justicia incurrieron en un concurso de delitos dignos de ser investigados, en el que resulto siendo víctima el economista y educador Carlos Tinoco Orozco.

Pero hay un delito que ya está demostrado, cometido por tres magistrados de la Sala de Casación Penal, por todos los de la sala de casación civil, y por todos los de la sala de casación laboral. Estos incurrieron en PREVARICATO POR ACCIÓN, por lo siguiente: Estando el asunto en manos de tres magistrados de la sala de la doble confor midad, el asunto prescribió el 8 de enero del 2020 . Estando prescrito, la defensa solicitó la cesación de procedimiento, y le fue negada con el argumento de que la última sentencia (doble conformidad) quedó ejecutoriada el 25 de enero, día en que fue firmada por los magistrados que la dictaron, no teniendo en cuenta, a sabiendas, que si ciertamente quedó ejecutoriada ese día, sus efectos se extendieron hasta el dia de la notificacion, y que el edicto fue fijado el 14 de febrero del 2020. Con esto queda claro el delito de prevaricato por accion, en el que también incurrió la sala de casación civil que falló la tutela de la misma manera, y la sala de casacion laboral que resolvio la segunda instancia de la tutela del mismo modo.

Es una obligacIón denunciar por ser el prevaricato un delito perseguible de oficio. Me gustaria que me llamara al proceso, como perito, para explicar el problema juridico que gira en torno de lo solicitado.

Atentamente:

PEDRO PABLO VARGAS VARGAS

A continuación uno de sus cuentos:

A LOS BURROS, LOS MATA LA CURIOSIDAD.                                         

INTRODUCCION.

Hay gente, que tiene similares parecidos a ciertos animales, bien sea por su actitud torpe, inteligente, audaz, escurridiza, silenciosa, frágil, ingenua, letal, traicionera, sorpresiva, graciosa. En la mayoría de ellos, están representados quizás, los temperamentos y caracteres humanos, dentro de su contexto salvaje. Si, porque los humanos tenemos a veces posturas de salvajes irracionales. El burro, por ejemplo, es tozudo, por eso, lo que lo escogí para el desarrollo de este cuento o relato. Cosa injusta de mi parte, porque el defecto que se le indilga como torpeza, lo reemplaza, como excelente voluntario para trabajar. Nunca se cansa, siempre llega. Por eso, le pido excusas a todos los burros de cuatro patas. Si, porque los hay también de dos patas, representados en el hombre, cuando no piensa bien y se vuelve irracional. Su aspecto de tristeza y aburrimiento, se debe a que el mismo ser humano, no le dio su aprecio y admiración, haciendo ver su figura, como carente de autoestima, y muchas veces hasta de burla. En otros casos, como premio de consolación, se le otorgo el de su representación viril, que para el caso lo reivindica. No obstante, es ese, el animal, el que transportó a Jesús el Cristo, el Rey, conjugando dos imágenes en una sola escena: la sencillez y la humildd.. Pero no me cabe duda que hay seres humanos que se parecen a los asnos, en cuanto a su apariencia externa. Lucen cansados, llevaderos, sustraídos. Desde luego, un burrito amarrado, es un sujeto pasivo a la espera de que lo pongan a trabajar. Pero cuando vemos al hombre con su libre albedrio, que no lo tiene el burro, porque depende este, del hombre, es cuando nos da tristeza ver al humano haciendo alarde, de la ociosidad que es madre de todos los vicios y falencias. El que no hace nada, ni se le ocurre hacerlo, se convierte en presa o materia disponible, para que el más vivo se aproveche de él. De ahí la razón para escribir este cuento, que sirve también de moraleja, especialmente para los tiempos de hoy, en que se piensa más en el facilismo, que en hacer el esfuerzo   por conseguir la superación. Se prefiere más la materia, que la espiritualidad y se impone más el fuerte, que el inteligente. Y la humildad, se cambia por la arrogancia.  Y, lo peor es que la dignidad, los principios y valores, ya tienen precio en el mercado de los corruptos, lo que hace prever una sociedad, que se sentirá mas cómoda siendo corrupta, que como honesta, y eso se debe, a que por la falta de oficio y creatividad, los subordinó al espíritu del limosnero, todo lo piden, y poco dan. Le exigen al Estado de todo, y no dan un ápice al Estado.  Muchos piensan que Trabajar por cuenta propia, es cuestión de majaderos. Piensan que la obligación del Estado, es darles dinero, para que vivan y ellos, están en el deber de exigirlo como un derecho. Ser honesto, honrado, persona de valores y principios, ya es cosa del pasado. Es una moda que no encaja en la modernidad.  Y… si hablamos del respeto a Dios, o a un ser superior,  NO SE LE TIENE. Existe una inversión de valores espantosos, que contrarían el orden natural de mundo. Se atropella con facilidad, sus leyes y su arquitectura, para la cual fue construido, para amoldarla caprichosamente a la comodidad humana, esa que muchas veces confunde el confort, con el libertinaje. O. el dejar hacer, con el dejar pasar. (Laissez faire, laissez, passer). Este cuento, tiene varios de esos elementos aquí nombrados, pero, solo he utilizado pocos de estos. Ahora bien, si por algún motivo, alguien se encuentra retratado en este relato, es por pura coincidencia, razón por la cual, lo invito a que visite o a un Psicólogo, o a un Psiquiatra, para que le definan su conducta, antes que sea tarde o para que los hagan aterrizar en juicios de razones posibles y no utópicas.

CUENTO

Cuentan, que un lugar de la zona selvática, de la parte Sur del Continente Americano, había un pueblecito de nombre “YANOAIMANI”, que lo dividía uno de los ríos más grandes del mundo, por nombre La Magdalena. Al pie de ese caudaloso y movido cuerpo de agua, estaba localizado dicho pueblito, y en el que, todos sus habitantes, eran burros. Vivian de lo que producían. Había uno de ellos, que le decían, CHO COLOMBO, que se distinguió, por ser el líder y padrote de las todas las hembras. Además, era muy serio, diciplinado, que no solo estaba pendiente para dar el mejor ejemplo como padre, esposo y líder, sino que practicaba la honestidad, ensañaba valores y principios, especialmente, para una comunidad, en donde la mayoría, eran jóvenes burros y burras, en pleno desarrollo y formación. Cho decía:  mi gente corre el peligro de contaminarse con el mundo social, que está acostumbrado al desorden, el que finalmente, corrompe nuestros principios.   Cho, siempre cumplía con varios oficios; el de padre, el de esposo y abuelo, y el de surtidor de alimentos. Traía comida con puntualidad, a su harén y, a sus numerosos hijos, de modo admirable. Nunca falló. Un buen día, como de costumbre, se alisto para ir al trabajo, como era su rutina. Salió para buscar la comida de todos, pero antes, echaba un vistazo a su jurisdicción territorial, y lo hacía marcando con su orina, las áreas que le pertenecían a su territorio.  Él decía: soberanía que no se cuida, se pierde, porque se la roba el vecino, y agregaba, es como quien tiene hijos y no los vigila, cogen por mal camino. Allí rebuznaba, como expresión sonora de posesión y dominio, sonido que le salía del alma, para que llegara a los confines de las tierras vecinas y escucharan, que ahí, donde él estaba, había vida y propietarios que Vivian en paz, al cuido de sus propiedades privadas. Después, de esa minuciosa jornada, convertida en una ceremonia diaria, se dedicaba a buscar el sustento, que era parte de su trabajo. El pueblo NOHAYMANI, siempre tenía izada la bandera tricolor. Y lo más simpático, es que las casas, todas, estaban pintadas de variados colores, y estas también tenían su banderín pequeño incrustado en los marcos de las ventanas, de manera que el patriotismo, era a la vista, además, era una norma impuesta por Cho Colombo. Nunca, este ejemplar, descuido la soberanía de su territorio. – Allá, en aquel lugar, de espeso monte selvático, duro casi todo el día. Eran ya las seis de la tarde, cuando resolvió alistarse para regresar a casa, y… de repente, un inmenso tigre, se le abalanzo sobre sus lomos, pero, Cho colombo, que también era forzudo, a tiempo, y con sus buenos reflejos, le lanzó unas patadas, y una de estas, le propino al tigre un certero golpe en toda la quijada, derribándolo por completo. El burro Cho, todo erizado de la impresión, por semejante hazaña, con elegancia y su cola hacia arriba, trotaba elegantemente. Rebuznaba y marchaba alrededor del reluciente cuerpo del felino, que lucía tendido en el suelo. Estaba vestido de manchas, amarillas y negras. Era casi del tamaño del opositor. Cho colombo, rebuznabó, varias veces. Estiraba su hocico que angulada como una pequeña trompa, apuntando al cielo, en señal de triunfo. Convencido que su oponente había muerto, dejó en el suelo, toda la comida que había cortado para su manada, y salió en carreras para darle la buena nueva a sus amigos, y a su comunidad, que no se atrevían a salir del área, porque les habían dicho, que un feroz enemigo andaba suelto y que todo lo que tocaba, lo destruía, quedaba en cenizas, en miseria. Pero, al saber la noticia que Cho Colombo lo había derrotado, salieron en masa a recibirlo con aplausos y vivas, como todo un héroe. En el camino vía a casa, Cho Colombo, se encuentra con un perro, que jamás había visto. El canino, era de gran tamaño, y se presentó con el nombre de Drako. Este le dijo: Cho, he escuchado mucho de ti, y me dicen, que eres hombre de paz. Que tu nación es   de vocación defensiva y jamás ofensiva, y por eso, sabido que no corro ningún peligro, me acerco a ti, porque quiero ofrecerme como tu amigo y consejero, para hacerte ver los tantos peligros que corres en tus tierras y que desconoces, porque no has hecho presencia efectiva en ellas. Además, amigo Cho Colombo, ni te imaginas lo peligrosos que son tus vecinos. Sus estrategias, son las sorpresas, los asaltos, la quema de tus tierras, matan a tus familiares, para crear el caos. Y… ¿quiere que te diga algo peor Cho colombo?  Aquí entre los burros que tienes, hay varios, que no son tus amigos. Esos pocos les cuentan a los vecinos, que haces, que tienes para hacerte daño, sin fallar. Son espías. Todo lo calculan. Entonces, Cho le dice:  Mira amigo Drako, de verdad, me has caído muy bien, eres un perro fiel y sincero, pero, te propongo, que me dejes atender a mi burrada, que está ansiosa de festejar mi triunfo, y luego me das tus consejos. Drako, le respondió, Claro que sí, señor Cho. Pero, que no sea tarde, que tenga usted que lamentarse, o su misma comunidad. Pasó el festejo por la hazaña, y en la madrugada, se sentaron Drako y Cho a conversar. El perro le dice: Amigo, usted derribo al Tigre Zurdo, aparentemente. Yo lo conozco desde hace mas de seis años. Y a mí me respeta. Es más, me tiene miedo.  Y entonces exclama Cho. Pero… ¿cómo puede tenerte miedo, si eres un pequeño inofensivo, ante ese animal, que trepa arboles y tiene unas garras de diez centímetros, que son como navajas? Pues amigo Cho, ahí está el detalle, que hace que los gobiernos de estos pueblos, pierdan sus batallas, porque piensan que la fuerza esta en el tamaño de la estatura, y en el espesor de los músculos, cuando hay uno superior que esta en la cabeza, que se llama cerebro. fíjese señor Cho: ¿Usted se acuerda de David y Goliat? Si, sí, ¡claro!, pero… amigo Drako, aquel utilizó una cauchera, y a distancia. No hace falta estar cerca de un enemigo, para combatirlo, para eso está, la inteligencia y las estrategias. Pero déjeme contarle mi historia, señor Cho Colombo. Pues el 29 de agosto del año, 2020. Llegué a las tierras del Tigre Zurdo, sin saber que existía.  Anduve solitario por estas tierras, caminando muchos días, sufriendo de hambre y sed, de calor y frio. Y mi brújula, era el olfato, la malicia, el oído, la vista, la observacion… Me defendía cazando conejos, aves, hasta que una noche me tropecé con el tigre, y de ahí para adelante, fue mi tragedia, porque me perseguía tanto, que me tuve que meter en una angosta cueva, en donde el no cabía, ni sus largas manos, con esas garras miedosas, por su filo, así como lo dice lo usted señor cho. Allí en la oscuridad, de la cueva, oré a Dios, porque el es creador de nosotros los animales. Y le pedí sabiduría. Y fíjese señor Cho, que una tarde, después estar dos días dentro de ese hueco, ya no soportaba el calor y la sed. Y, el hambre, me estaba matando, por lo que resolví, salir, e ir a beber agua corriendo el riesgo de exponer mi vida.  Así fue. Llegué a una gran fuente: Allí había aves, patos, garzas, y hasta un cocodrilo. Miré a todo mi alrededor y vi todo aparentemente normal, por lo que comencé a beber, pero siempre con mis ojos bien abiertos, por sobre el nivel del agua. Cuando estaba en lo mejor, ya relajado, pero atento a todo movimiento raro, apareció por sorpresa el Tigre Zurdo y me dice desde el otro lado de la orilla: Mira, muérgano infeliz, ¿qué haces bebiendo mi agua? Yo, del susto, no le podía responder. De repente me acorde de lo que me dijo, una voz en mis oraciones: LAS ESTRATEGIAS SILENCIOSAS, SON MAS EFECTIVAS QUE LAS ALHARACA. Y fue cuando al preguntarme el Tigre Zurdo, por cuarta vez, ¿porque bebía su agua y, quien me había autorizado?, le respondí. Señor, señor tigre.  Hace diez minutos, me comí a un tigre más grande que usted, y estoy pasando parte de la cabeza, con tragos de agua. Cuando el Tigre escuchó semejante sentencia, le respondió: Hermano, bien pueda, siga tomando agua, y que sea este el motivo, para que, entre su comunidad Canina, y la mía felina, existan las mejores relaciones. – Ese es mi consejo señor Cho. Ya hizo lo que hizo, derribando por golpe de gracias al tigre, pero, sepa usted, que está abierta la puerta para la venganza, ahora vendrá el desquite y tiene que preparase, no de cuerpo a cuerpo. Hay que pensar cómo hacerlo, pero siempre utilizando la misma fuerza del Tigre.. Por ello le recomiendo, no medirse físicamente, porque pierde. Búsque otro medio para vencerlo, como lo hice yo. Aquí, funciona la inteligencia estratégica, como la que utilice.  El Burro Cho, se decía: ¿Como pudo ese perro convencer con ese argumento, a esa bestia, la más astuta del mundo? Y, disque le dijo, ¿que se había comido a un tigre? ¡No lo puedo creer! Entonces esos tigres son bobos, estúpidos, cualquiera los engaña. Ya en la noche, Cho, comienza a repasar su terrible película, sus angustias y el peligro de muerte en que estuvo sumido. También se le venían en mente, las palabras del perro Drako que le daban ejemplo de habilidad y destreza, para manejar situaciones difíciles. Cho Colombo, en lugar de fortalecerse anímicamente, comenzó a dudar de su sistema de vida, y de sus propias fuerzas y de la efectividad de sus patas y de todo ese valor y arresto que tuvo, para enfrenar, sin aviso, a ese monstruo de felino que lo había sorprendido y que, por pura suerte, derribó. Entonces inseguro del éxito y después de haber conquistado su bienestar, y poner su vida a salvo, resolvió, salir más temprano, hacia el lugar donde había derribado el tigre, que era apodado por su comunidad como EL TIGRE ZURDO NICOLAS. Largas horas duró para llegar al lugar de los acontecimientos. Por fin, cuando se aproximaba al sitio, vio, a cierta distancia, que el cuerpo no parecía estar ahí. Pero, como no se veía con claridad, se acercaba más y más, para constatar si el peligroso personaje, había muerto o estaba lesionado. Finalmente, llego al sitio y no estaba el cuerpo. ¡Que decepción!  ¡Dijo! – y… que ¡preocupación! al mismo tiempo. Su estado angustioso, lo hizo dar vueltas alrededor del espacio donde había caído el felino, y casi que en forma delirante comenzó a decir: estoy seguro que el Zurdo, yacía aquí inofensivo, muerto, inerme. Y… se decía asimismo y aseguraba, que lo había dejado tendido, que no respiraba, cosa que afirmaba una y otra vez. ¿Como puede ser posible que no esté? ¡Yo le vi su mandíbula ensangrentada, estaba re muerto! – Pues Cho no encontraba al tigre, porque estaba trepado en una rama esperándolo, haciendo honor a la virtud de la paciencia, y del agotamiento de su supuesto enemigo, en que cada instante se volvía más débil. -Cuando la psicología del hábil sabe, que el majadero siempre regresa, espera sin apuros, y desde las gradas, lo ve desvanecerse lentamente, hasta verlo sin fuerzas. Es ahí, cuando se aprovecha de su víctima. – Si el burro hubiera sido inteligente, como el perro Drako, no hubiera regresado. Se hubiera prevenido defensivamente. Pues bien, oculto en la rama del árbol estaba el Tigre, Ahí, reposaba tranquilo, escuchando todos los comentarios de Cho, y, cuando se fastidio, y vio que ya estaba listo para darle el GOLPE DE ESTADO AL ANIMO DE CHO, se lanzó sobre su espinazo, lo mordió por el cuello hasta asfixiarlo, y luego de matarlo, comenzó a comérselo a pedazos. Dicen que pocos huesos se encontraron en el lugar, porque el hambriento felino, se lo devoro todo. Nunca más, el pueblo de YANOAIMANI, supo de la vida de su CHO COLOMBO. Las viudas quedaron solas, los hijos huérfanos, y el pueblo en total desolación. Perdieron la cabeza representativa del pueblo, pero les quedo a Drako, que lucía pequeño de tamaño, en esa comunidad, pero lo estimaban grande, por su inteligencia y capacidades defensivas, aportadoras de su gran instinto de conservación y carácter A partir de ese trágico día, el canino asumió las riendas del pueblo. Les enseño a utilizar el Olfato, la vista, y el oído. Y, les creó el sentido de la confianza, diciéndoles:  todo aquello no identificable, hay que mantenerlo a distancia, y, pensar que debemos hacer, si se nos acerca.

MORALEJA.

Invito a mi Colombia, a pensar mejor sobre su situación política, para que no le pase como a Venezuela, la que hizo las veces de burro, hasta que se la comió el tigre de Cuba. Ahora Cuba en el cuerpo ajeno de Venezuela, se convirtió en el felino hambriento, que desea devorarse a Colombia.  No olvidemos al Drako, que fue capaz de poner al tigre, sobre la raya–colombianos NO hagas las veces DE BURRO MANSO. Es mejor actuar como hábil canino. Recuerda: EL TIGRE ZURDO, ESTA EN VENEZUELA. – agosto 25 – 2020. Sengove..

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