
En la columna que precedió a ésta afirmé que la historia del tango está llena de polémicas que, más allá de su antigüedad, jamás se resolverán.
Es curioso. Tal vez porque en esa columna sobrevolé una de esas polémicas –y no es la primera vez- y aparecieron lectores que, al encenderse la llama de sus opiniones discordantes, me obligan a volver sobre ella.
¿Cuál fue la obra inaugural del “tango canción”, o sea la que, sin auto referencias como único contenido, presentó su argumento a modo de un cuento: comienzo de una anécdota, desarrollo y cierre?
Si bien la mayoría –creo que persuadida por la casi inmediata grabación de Gardel- sentencia que fue Mi noche triste, de Pascual Contursi, compuesto en 1916. No obstante, muchos se sorprenderán de las voces numerosas que lo discuten, poniendo al frente a Milonguita, de Delfino y Linnig, pese a que salió a la luz en1922.
Con semejante diferencia de años, ¿cuál es la explicación razonable?
Al menos parte de ella la explica José Gobello: –La letra de tango propiamente dicha comienza con Pascual Contursi. Y si es así, no lo es porque fuese la primera en orden cronológico, sino la primera que da el tema principal, el “leiv motiv”, un argumento para ser contado y cantado. Pero no se le puede llamar “el primer tango canción”, pues ese fue Milonguita.
Tales fundamentos pueden parecer sutiles y por eso muchos tradicionalistas los niegan.
Gobello se aferra a dos aspectos esenciales: primero, Mi noche triste tiene tres partes, igual a los tangos antiguos, mientras que Milonguita sólo dos, como los que propiciaron la evolución dentro de la Guardia Vieja. Además, otorga importancia al hecho de que Contursi adosaba sus letras a músicas ya compuestas, muchas veces sin autorización de sus autores, mientras que Delfino siempre trabajó al unísono –como pionero, en su opinión- con los poetas. Y eso es lo que justificaría su título de “padre del tango canción”, por otros llamado “tango romanza”.
En una síntesis, tal vez pobre, podríamos decir que Contursi, para la mayoría, se quedó con esa paternidad gracias al éxito de Gardel, que lo cantó y grabó varias veces en 1917, saltando de su exposición de cantor criollo a cantor de tangos. Pero, sin embargo, la hipótesis de Gobello, sólida al fin, podría sostener la paternidad de Delfino y su Milonguita, más allá de que, a esta altura y corrida tanta agua bajo el puente, es muy poco probable que al autor de Mi noche triste “le quiten lo bailado”.
Quedan en pie algunos detalles desconocidos por la mayoría sobre el tango de Delfino, interesantes para ponerle sal a esta cuestión.
El letrista uruguayo Linnig se habría inspirado en una de dos mujeres, a las que mencionó varias veces con ánimo de confundir: Esther Torres, que murió antes de cumplir dieciocho años, y María Esther Dalto, supuestamente muerta de tuberculosis a los quince años. Ambas eran “milonguitas”, o sea jovencitas que frecuentaban los cabarés y prostíbulos de mala fama. Acerca de la edad de la menor, hay que aclarar que trabajaba en la clandestinidad, porque el dinero de los “chicos bien” que solían frecuentar esos sitios volvía inmorales a sus propietarios.
-¿Te acordás. Milonguita? Vos eras/ la pebeta más linda e’ Chiclana,/ la pollera cortona y las trenzas/ y en las trenzas un beso de sol (…) ¡Milonguita!/ los hombres te han hecho mal,/ y hoy darías toda tu alma/ por vestirte de percal.
Otra curiosidad, ¡y por si fuera poco discutida!, radica en quién estrenó este tango. La mayoría de los historiadores dicen que fue la cupletista española, de paso por Buenos Aires, Raquel Meller, quien, además, hizo famoso a Milonguita en todas las giras que realizó por el mundo. Empero, no faltan los disidentes, que aseguran que fue María Esther Podestá, en el sainete Delikatessen Haus (Bar Alemán), de Luis Vittone y Segundo Pomar, representado en Buenos Aires el 12 de mayo de 1920.
Un último dato interesante por hoy. Linnig tituló el tango compuesto con Delfino como Esthercita, que, antes del registro, el autor de la música cambió por el definitivo. Lo extraño es que estas idas y venidas crearon una gran confusión, entre otras cosas porque existe un tema que lleva el título elegido inicialmente por el poeta uruguayo, pese a que sobreviven dudas sobre la fecha exacta de estreno de uno y otro.
No hay caso. El baúl de anécdotas del tango carece de fondo.