
Prensa Especializada
En el reciente Festival de Jerez, ya presentó Jesús Méndez estos pasitos en los Museos de la Atalaya, para recordar una histórica soleá. El viernes 28 de abril volvió a presentarlos en la sala de cámara del Auditorio Nacional.
Fue una tarde de dinastías jerezanas, la de Jesús Méndez de la Plazuela, que como todos sabemos tiene entre otros ancestros a la grande entre las grandes, Francisca Méndez Garrido, La Paquera de Jerez. Estuvo acompañado por su inseparable guitarrista, Diego del Morao, esencia del barrio de Santiago, el cada vez más virtuoso heredero de Manuel del Morao, su tío abuelo, y de su padre, el inolvidable Moraíto Chico. Esta vez, a las palmas y jaleos, Diego Montoya y José Manuel Angulo Peña.
La sala de cámara llena a rebosar, que Madrid es muy flamenco y sabe dónde está la mejor esencia del cante y toque. Dos artistas que con los años han ido creciendo y depurando su arte, siempre fieles a sus raíces jerezanas pero ampliando recursos que los ha situado en ese punto de distinción de cualquier otro artista . Y lo digo en plural, porque tanto Jesús Méndez como Diego del Morao, jerezanos hasta la última entraña , han logrado llegar a esa altura difícil de alcanzar, más o menos al cielo de los elegidos.

Y es que el cante y toque de Jerez es el resultado de un entramado familiar único entre las canteras flamencas. Canteras de dos barrios, Santiago y San Miguel –Plazuela, cada uno con personalidad propia. Barrio de gañanías y barrio de fraguas. Una larga historia de fatigas y celebraciones que hoy, en este siglo de las luces del flamenco, han hecho crisol en artistas como Jesús Méndez y Diego del Morao.
Hicieron un programa clásico, como era de esperar, cuidadosamente seleccionado. Un pregón del uvero para entrar en ambiente, con el cuarteto a pleno compás. Siguió luego el cantaor por soleá, con el acompañamiento suma de duende y técnica del Morao. Es que ellos dos juntos baten récords, primero para hacer enmudecer a la sala y segundo para reventarla en aplausos. Le dije a Jesús después del concierto: “Os aplauden aquí más que en Jerez.” Y estuvo de acuerdo.
Por cantiñas, por malagueñas, rematando con la de El Mellizo, soleá por bulería, tientos-tangos, ronda de fandangos, seguiriya y un final por bulerías que no por esperado ni repetido en miles de conciertos flamencos, dejó patente ese sello de jerezanía que es marca y figura de la casa.
Jesús Méndez, Diego del Morao, Diego del Morao, Jesús Méndez, tanto monta el cantaor como el acompañante y concertista de guitarra flamenca. Ellos llevan años llevando a Jerez por el mundo, con su sello de distinción como no hay otro igual.
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