THE THINKER: Unbearable chatter
Por Antonio Pippo
Confieso mi absoluto hartazgo a causa del palabrerío abundante, insustancial, hipócrita, mentiroso y, sobre todo, pobre de toda pobreza que está empleando una vez más la política.
Admito que no hay unanimidades en este cansancio moral que siento, porque ese palabrerío es evidente todavía convence o impulsa a demasiada gente. Aunque suene duro, esto no tiene otra explicación que la falta de educación, un intelecto inexistente, ciertas ambiciones personales mal disimuladas y el infaltable fanatismo dogmático.
Una sociedad cambia para bien si su cultura -tanto en el sentido estético como en el antropológico- supera esta corriente que sólo conduce a aumentar la degradación social que padecemos.
Y, ¡vaya curiosidad!, el método más directo para iniciar la cruzada es el lenguaje. Claro, el lenguaje respetuoso del idioma, que no significa usar palabras complejas. Hablando sencillo, pero usando el lenguaje con vocablos sencillos pero precisos, bien encadenados en frases con un contenido claramente constructivo, para educar, orientar en sentido solidario, vitalizar el respeto y en particular, aun sobre las inevitables diferencias de ideas, una actitud de benevolencia.
Hoy no le haré perder más tiempo al lector acerca de esta cuestión, ya considerada por mi con innegable insistencia. Pasaré, con un cierre que espero entiendan, a dejar la palabra a personajes esenciales de la historia.
Sin olvidar la máxima esencial: es el lenguaje lo que nos hace realmente humanos.
-Indudablemente, las primeras frases empleadas por los niños son repeticiones, con alteraciones menores, de lo que suelen oír a los demás. Un simple enunciado gramatical puede no ser simple lógicamente: “Salí y me encontré con que estaba lloviendo” afirma que dos acontecimientos fueron simultáneos. “César y Pompeyo fueron grandes generales” son lógicamente dos enunciados, pero “César y Pompeyo se parecieron en ser grandes generales”, es lógicamente uno. El lenguaje puede usarse para expresar emociones o para influir en los demás. Recordemos que el lenguaje tiene dos fines primarios: la expresión y la comunicación. (Bertrand Russell).
-Hay ciertos riesgos en el uso del lenguaje. Tayllerand dijo que la palabra fue dada al hombre para ocultar sus pensamientos, y Kierkegaard aseguró que a finalidad del lenguaje es ayudar a la gente y convencerla de abstenerse de la acción. Puedo disentir, pero son riesgos a tener en cuenta. A mí me parece más realista como la de John Locke: “Las formas de hablar vagas e insignificantes y el lenguaje abusivo pasaron décadas por misterios de la ciencia, y palabras duras o mal empleadas han tenido por precepto tal derecho a ser confundidas por profunda y suma especulación, que no será tan fácil persuadir ya sea a quienes escuchan o a los que las dicen. Son disfraces de ignorancia y un estorbo al verdadero conocimiento”. (Aldous Huxley).
No hay dudas de que la forma humana surgió cuando el hombre aprendió a hablar. “Pero cuidado -dice Huxley- porque el lenguaje nos ayuda y nos destruye; hace que la civilización sea posible y también produce terribles conflictos que nos destruyen”.
Que la reflexión en sus manos, lector.
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