CHARLAS DE CAFÉ
Arreglando el mundo
con Arturo Haro
Recuerdo desde que era pequeño, siempre se usaba una frase que se refería a los padres que se reunían en alguna cafetería todos los días por la mañana y decíamos “papá se reunió con sus amigos para arreglar el mundo” y esto sucedía y sucede en la actualidad; los padres y ahora los que ya hemos llegado a cierta edad nos reunimos con los amigos alrededor de una taza de café para “arreglar el mundo”.
Por eso cuando me invitaron a participar en este segmento y salió el nombre de Charlas de Café con Arturo Haro, me encantó la idea por esos recuerdos tan vívidos que me vienen con esta palabra. No hay mejor lugar para platicar de todo que en estos lugares donde se pasa un rato ameno sin presiones pero con el pleno conocimiento que al “arreglar el mundo” estamos hablando de que se puede lograr cuando somos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor y nos lleve a corregir nuestro mundo, porque el movimiento del cambio se inicia con un impulso que se da en nuestras propias vidas y esto genera una secuencia de causas y efectos encadenados para de ahí con nuestro ejemplo empezar a modificar los mundos de la gente que nos rodea.
Lo más interesante de estas charlas de café es que se vale hablar de cualquier tema que consideremos importante para nosotros por lo que no estamos sometidos a un juicio o a una crítica que nos pueda bloquear las ideas de lo que queremos resolver en nuestras vidas y esta será la temática de esta columna, hablar de aquello que sientas que necesitas para tu vida, aquello que creas puede aportar para tu crecimiento en el desarrollo constante de tu personalidad.
Yo estaré desarrollando temas que considere importantes pero estaré totalmente abierto a escuchar tus ideas y desarrollarlas para compartirlas con todos los que nos lean. No hay malos temas, no hay malas ideas, sino oportunidades de aprender, conocer y crecer. Siempre tendrás una línea de comunicación para plantear tus inquietudes.
Entonces, iniciemos con esta aventura y disfrutemos juntos del camino, porque recuerda, la felicidad no está en el final del camino, sino en el recorrido mismo. Que esta aventura nos lleve por caminos de crecimiento, por caminos de aprendizaje y por caminos donde podamos alrededor de una taza de café “arreglar nuestro mundo”, únete, estas invitado.
Ah y por cierto, me gusta el café intenso, negro y sin azúcar!!!