Mateo Soleá: Medio siglo de cante

TERESA FERNANDEZ HERRERA. Periodista, Escritora, Editorialista. Directora Gral. de Cultura Flamenca. PRENSA ESPECIALIZADA.


Cincuenta años de cante dan para mucha sabiduría y así lo demostró Mateo  Jiménez Soto, Mateo Soleá para el arte, la tarde del 4 de marzo en el Palacio de Villavicencio, al pie de un retrato de Isabel II. Una auténtica enciclopedia del cante gitano del Barrio de Santiago de Jerez.

Mateo Soleá y Antonio Malena. Fotos Tamara Pastora.

Todo queda en familia, nunca mejor dicho, porque ya se sabe que ellos hacen piña. Mateo, tras un rato de cante con su voz tan jerezana, tan llena de aguardiente, cedió los trastos a su nieto, Ramón de Mateo, una joven promesa aún por cuajar. Otro de Mateo a las palmas, Juan.  Uno más a las palmas, Alex Fernández El Negro, con apellido santiaguero donde los haya. Y a la guitarra Antonio Malena hijo, una saga por derecho de la Plazuela, también de la familia y habitual con Mateo en muchos conciertos. En Villavicencio los conciertos son con voz natural, sin amplificación.

Ramón de Mateo al cante. Fotos Tamara Pastora.

Ambiente de Jerez, que se palpa, se vive, ellos, los artistas, hacen piña con el público. Con razón cuando saluda Mateo Soleá, da las gracias a Jerez y también “si hay alguno que no sea de Jerez…” Cosa que se agradece. Claro que Mateo además de cantar como él lo hace es un gran comunicador, que también se agradece. Empieza cantando por soleá, por los estilos de Joaquín el de la Paula, de Alcalá de Guadaira, al estilo de Alcalá, dice él. También haré algo por Frijones, por Tío Borrico, nos dice. En suma, todo un recorrido por los estilos de la soleá en sus orígenes.

Al Maestro, cualquier palo le viene bien, pero la soleá y la seguiriya son su territorio. Territorio santiaguero y muy en particular de Mateo Soleá. Cante de raíz, cante gitano de Jerez. Canta como ya no se canta y pone de ejemplo el cante de su nieto, que aún cantando de raíz, canta de otra manera. Canta con sabiduría y erudición fruto de la veteranía sobre los cantes, orígenes y cantaores. Se aprecia y mucho, su comunicación con el público, explicando la historia y procedencia de cada cante, con cercanía y respeto por el público que llena la sala. Como debe ser.

Una tarde de emociones y disfrute del buen cante de Jerez.

 Autora de las fotos Tamara Pastora.

NOTA DE LA AUTORA.

Qué alegría estar preparando esta crónica tan flamenca, tan llena de jondura, el mismísimo día 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano.

Y precisamente hablando de Jerez, de cantaores gitanos de Jerez, tan absolutamente relevantes en la historia del cante flamenco. Un cante con estilo propio jerezano, de Santiago o de San Miguel o la Plazuela, un cante con escuela propia, difícil de seguir por alguien que no sea de Jerez.

Y es que el cante de Jerez, mayoritariamente cante gitano, es más que un cante. Es historia, filosofía de vida, con arraigo en gañanías y fraguas y un poco en bodegas. Un cante muy pocas veces castigado por la persecución al pueblo gitano, lo que hace de Jerez un oasis en el desierto.

Por lo menos una excepción conocemos. La de la brutal represalia de 1923, apenas comenzada la Dictadura de Primo de Rivera, aristócrata jerezano que conserva su estatua ecuestre en la Plaza del Arenal. Poco después de proclamarse su dictadura. Contra gente de su pueblo.  Ordenando la hazaña a una Guardia Civil de entonces que estaba prácticamente a las órdenes de los “señoritos”.

Como decimos. Oasis en el desierto. Los gitanos de Jerez ya lo han olvidado.

“Gelem, Gelem”

En el Día Internacional del Pueblo Gitano, nuestro homenaje, con su himno internacional “Gelem, Gelem” (Anduve, anduve)  en versión de David Peña Dorantes al piano y Esperanza Fernández al cante.

No olvidemos que eran nómadas cuando llegaron a España en la segunda mitad del siglo XV. 


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