«Dorantes en su paraíso»

TERESA FERNANDEZ HERRERA. Periodista, Escritora, Editorialista. Directora Gral. de Cultura Flamenca.
PRENSA ESPECIALIZADA

Hace mucho que conozco y admiro a Dorantes, ese músico tan singular, reconocido mundialmente, que ha transformado al piano en instrumento flamenco con el que entre otras cosas ha contado su vida, la primera circunnavegación del globo, la identidad gitana y ahora con Scarlattianas uno de los aportes a los orígenes del flamenco. Creador versátil de sonidos inéditos con su piano, ahora se ha atrevido hasta por seguiriyas en un instrumento barroco como el clavicémbalo…

Nos encontramos en la sala de prensa de la Biblioteca Municipal José Saramago de Mairena del Aljarafe, en el área metropolitana de Sevilla. Ahí conversamos un poco de todo. Aquí comienza.  

Foto Dorantes y yo en la sala de prensa de la Biblioteca Municipal José Saramago en Mairena del Aljarafe. Cortesía Raquel Rubio.

Teresa Fernández. Las Scarlattianas,  ¿primero fueron idea, luego composición y ahora concierto?

Dorantes. Primero sí, fueron idea. Luego pasaron a ser estudio, composición, arreglos, instrumentación,  hasta terminar siendo el concierto. Ha sido un proceso muy rico, que pensé a principios de este año y lo que venía siendo esa idea, se convirtió en mil ideas más que han ido fraguando en el tiempo. Desde el conservatorio, cuando estudiaba a Scarlatti, ya su música me resultaba muy familiar, me sentía bien tocándola. Sentía que se acercaba mucho a mi género. Incluso recuerdo a mi padre, que era guitarrista flamenco, cómo le llamaba la atención cuando yo tocaba algo de Scarlatti. Lo disfrutaba mucho.

 Una vez en un concierto que di en Francia, en un estudio había un clavicémbalo y ahí me quedé tocándolo. También me lo encontré en un concierto que di por Europa Central, allí había otros claves, otros tipos y seguí tocando, me los fui encontrando por muchos sitios y siempre me paraba a tocarlos. Eso andaba ahí,  rondando en mi cabeza y a principios de este año, me digo, voy a hacer algo con el clave y el piano, aún sin pensar en Scarlatti, pensando en tocar por bulerías. Pero Scarlatti apareció de nuevo y ahí empezó todo.

Poco a poco fui fraguando la idea, como yo hago siempre, antes de tocar entro en un proceso de pensar, un ejercicio de meditar, darle vueltas y escuchar mucho.  Creo que hago un corte de tres o cuatro meses antes de empezar a componer y  de hacer los arreglos, de llevármelo al flamenco.

TF. Arreglos y  músicas  tuyas. Y todo esto, ¿está hecho en tres o cuatro meses?

D. Sí, claro, todo, sí.Todo eso está hecho en estos tres meses. Luego está la instrumentación, en tres instrumentos. El clavicordio, el piano acústico y el piano eléctrico.

TF.  Pero vamos a ver, ¿cómo pasas todo a los instrumentos? ¿El  pasado en el clave, lo reciente sería tu piano de toda la vida y lo más reciente en el piano eléctrico? ¿Qué tocas en el clavicordio?¿Qué en el piano? ¿Qué en el eléctrico?¿Y por qué?

D. Bueno, claro que pensé que el clavicémbalo, era para las cosas de Scarlatti,  pero también para las cosas flamencas como tanguillos, verdiales, cualquier palo. Mi concepto era poder tocar “todo en todos” los instrumentos.No pienso que, por ejemplo, el clave solamente sea para Scarlatti, por eso toco en el piano eléctrico la 141 de Scarlatti,y en mi piano, toco otra sonata, la 213.Voy un poco intercalando, no tengo una pieza para cada instrumento, pero sí quería exponer el proceso de crecimiento del piano en la historia, por eso incluyo el piano eléctrico, en el que toco una seguiriya, ¡imagínate!, porque me apetecía ese sonido para la seguiriya, la profundidad de este palo en el piano más actual.

Entonces, no tengo asignado qué tocar en cada instrumento.  Simplemente me doy la libertad de escoger cada instrumento para lo que se me ocurra en cada momento.Yo, siempre improviso mucho.

TF.  Por eso te pregunto,  ¿qué tocas en el clavicémbalo?¿Qué en el piano, qué en el eléctrico? ¿Por qué?

D. En el clavicémbalo toqué las cinco piezas que preparé de Scarlatti, pero también las mezclé con  bulerías, tangillos, verdiales, guajira…

TF. Tengo una pregunta por ahí, pero ya que has mencionado las guajiras.Sí, ¿de qué sonata vienen tus guajiras? Es que hay una sonata de Scarlatti, que no recuerdo ahora que número es pero tú tienes que saber……

D. Sí, sí. La 159. Es  muy alegre, con mucho brillo, perfecta para la guajira. La guajira que es un cante de ida y vuelta. Es un guiño al punto cubano…

TF. A mí y a todos  los que estábamos en San Luis nos llamó mucho la atención lo que en el repertorio llamas “Al kompás 213”, precisamente un arreglo de la sonata K-213. Esa percusión tan total, de piano, contrabajo y por supuesto la batería.  Maravilla de música percutida.

D. Empieza con un tema muy melancólico que empiezo tocando en el clave. Luego paso al piano y desarrollo un tema entero con la K-213. Y con una línea que escribí para el contrabajo. Y ahí estuve desarrollando el tema  con unas percusiones muy moduladas, que resultaron increíbles, la verdad.  Y luego ya al final me pasé al clave para tocar por bulerías. Me lo pasé muy bien.

El clave está en la disciplina barroca, pero no se queda ahí. Realmente tiene mucho más recorrido. Podemos decir que el piano deriva del clave, precisamente en el momento en que Scarlatti está componiendo sus sonatas en Sevilla.

TF. Hablemos de tu piano. ¿En cuántos instrumentos lo transformas?

D. Para mí lo más importante es la creatividad. No encadenarse, dejarse llevar, no tener patrones que te guíen ni que te entorpezcan. De verdad, que hago un gran ejercicio para ser libre y creativo. Por ejemplo, en el piano normal, hago campanas, laúd, percusiones, guitarras, un montón de cosas. El instrumento es un juguete para mí, al que tengo que sacar más recursos, no puedo quedarme en el teclado,  tengo que darle el color de toda mi vida.  Es como decir, si nunca hubiera tenido amigos, nunca hubiera conocido realmente el instrumento. Yo que lo conozco, tengo que sacarle hasta lo que hay en las tripas. Yo soy así, y me divierto mucho.

En el clave, aunque he empezado ahora, ya tengo muchas ideas de por dónde puedo ir sacándole más cosas a ese instrumento. Yo creo que eso es importante en un instrumentista y en un creador; la creatividad no está razonada, hay que estar abierto y criticarse siempre a uno mismo.

TF. Mira, hay una cosa que el otro día no he visto, pero que te he visto hacer muchas veces en otros conciertos, que es cuando te vas atrás a las cuerdas percutidas de dentro y  tocas o percutes ahí. Siempre  me ha chocado, porque no entiendo muy bien lo que estás haciendo. ¿Qué es lo que haces?

D. Busco resonancias, mensajes, busco sensaciones, busco poder transmitir más, que el público disfrute y que el público también imagine cosas de esos sonidos. Incluso la misma posición, cuando entro dentro del piano, yo creo que también estoy transmitiendo un montón de cosas, diciendo cosas en libertad. El público está viendo a alguien que no se queda en un lugar, sino que es capaz de entrar y husmear para explorar otro tipo de sonido. Y eso es lo que hago, rastrear emociones. Busco muchas cosas, porque además no es siempre igual.Cuando estoy tocando es cuando me inspiro y allá voy, a buscar ese eco.

TF. Diríamos, que buscas  sorprenderte a tí mismo con lo que puedas encontrar. O que te transmita más la misma música.

D. Claro.Yo soy servidor de impresiones, yo lo que intento es que todo lo que hago en el piano sea excitante, sea fuerte a la hora de transmitir, ¿no? Entonces, yo busco eso,  esa potencia de transmisión, de expresión. Es verdad que uso el piano como campanas, hay momentos en que las uso al principio de una rondeña, donde imagino, por ejemplo, una plaza. En mi cabeza está en la plaza de un pueblo, con muy poca gente, solamente unos niños jugando al aro, jugando cerca de la iglesia con su campanario y es donde suenan esas campanas. Y veo cómo mi imagen se eleva y empieza a ver todo el pueblo, entonces suenan las campanas y empiezo a hacer la rondeña. Intento describir lo que estoy viendo a través de la rondeña. Busco la descripción con la música, para que la gente se meta más dentro en lo que estoy haciendo en ese momento.

Hay momentos que toco el piano para que suene como un laúd, cómo una pieza un poco árabe. Busco la emotividad y juego con las cadencias flamencas, pero un poco agresivo, con unos semitonos árabes y también con la parte rítmica absoluta, los acentos cambiados para crear esa sensación de libertad y de agitación.

La guitarra también aparece en mi piano en un momento dado, como arreglos,  porque eso crea una atmósfera de flamenco de los años sesenta y setenta. Siempre que tengo un motivo, intento llevarlo al piano, no solamente al bicolor, sino también a las tripas. Las cuerdas de los graves las arrastro hacia atrás y va arrasando y crea como una especie de sonido armónico. También eso estoy buscando. Eso lo identifico cómo lo interior, cómo el sonido del alma…y todo lo que surja.

TF. Me alegro que estés contando todo esto, creo que a partir de ahora te voy a seguir, te voy a entender mucho mejor, porque me estoy dando cuenta de que tu música está escrita para la naturaleza, y me gusta,  entiendo lo que amas y me hace sentir bien, porque toda esa libertad de la que me estás hablando para crear con todos los elementos a tu disposición, sirve también dar enorme libertad al espectador, cada uno va a sentir esa libertad de percibir.

D. Ahí está. Lo último que quiero es estar sentado, muy serio, muy recto, tocando en una posición perfecta, y el público está ahí, también super recto, escuchando. Y no, no creo que eso deba pasar, yo busco otro entusiasmo, busco que vean a una persona creativa, que “se mueve” y que el público también se mueva y actúe conmigo, eso es mucho más importante, y es verdad que se siente la libertad y que ellos también se sienten libres escuchando, ¿no?

TF. Lo primero que viene el repertorio que nos ha pasado la Bienal, es K-uno en 4. ¿Son cuatro versiones de la K-1?

D. Hay más versiones dentro del tema, pero sí, es la K-1, que modifico durante su trayectoria unas cuatro veces más o menos, y va pasando por diferentes sitios. Es todo un recreo de cuatro versiones por tangos y tanguillos.

TF. Las Danzas ibérikas eran algo como la danza española, muy de moda en el siglo XVIII. Hay danzas españolasen algunas sonatas de Scarlatti, creo recordar, en la 141, pero no estoy segura.

D. Sí, la 141 de Scarlatti es una obra que tiene mucho trémolo, que me recuerda mucho a la guitarra. Me evocaba un poco a la danza española, por eso me lo llevé al piano eléctrico y lo arreglé como una seguiriya, acompañada por  el cante por seguiriya de Christian Guerrero. Pero lo recapitulé en un instrumento alejado de la danza, y acabé por seguiriya en el clave que no tenía nada que ver. Quería hacer ese contraste absoluto con la obra de Scarlatti.

TF. Te quiero preguntar sobre la  última pieza, ese Fandango a tierra, también impresionante, si has metido algo de chacona, porque tú sabes que el fandango tiene algo que ver con la chacona.Y yo creí percibir algo.

D. Sí, metí también un poco de chacona.Y trasteé con eso, jugué con muchos colores. La chacona se aproximaba perfectamente, porque tiene ese toque picaresco, muy sevillano. La mezcla de lo barrocoy lo flamenco, todo ese proceso pasado por mí, imaginando lo que podía haber escuchado Scarlatti y llevándolo a mi terreno. O sea, yo estaba imaginando un montón de cosas, de lo que él podía haber escuchado, qué fue lo que le influyó,  ¿no?

TF. Lo que escuchó Scarlatti en Sevilla fue quizá lo que podríamos llamar preflamenco, un mestizaje de músicas árabes, hebreas, gitanas y negras. Hace unos años, El Choro hizo una cosa que llamó Aviso: Bayles de Jitanos, donde están todas esas músicas, que eran las que circulaban por Sevilla en el XVIII. Todo eso está luego en el flamenco.

D. Claro, cuando llegó este hombre a Sevilla, se encontró un lugar donde había una variedad increíble de músicas, y las incluyó en sus obras. Fue un revolucionario.

TF. Para terminar, ¿después de las Scarlattianas, que vendrá?

D. Hay una idea que me ronda por la cabeza hace tiempo, pero aún no es nada concreto. Hace una semana más o menos me metí en el estudio y estoy enganchado  con experimentos de sonidos que tendré que desarrollar, grabar, escuchar, hacer cambios, ensayar, hacer un directo en un teatro que es muy bueno, grabar en vivo, hacer un audiovisual, sacar el CD. Creo que lo haremos pronto. Estoy leyendo mucho y preparándome para hacerlo. Pero a día de hoy, es una idea de concierto a futuro.


Descubre más desde LA AGENCIA MUNDIAL DE PRENSA

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

"¡Tu opinión es importante para nosotros! ¡No dudes en comentar!"