Farruquito, «Recital de baile» una noche única en Sevilla

TERESA FERNANDEZ HERRERA. Periodista, Escritora, Editorialista. Directora Gral. de Cultura Flamenca. PRENSA ESPECIALIZADA

Las “noches únicas”, han sido una de las grandes novedades en esta Bienal 2024. Ha habido once de estas noches,  once creaciones exclusivas para el Festival de flamenco más internacional de España.

En el caso del “Recital de baile” de Farruquito y compañía, la noche fue única por dos conceptos. Por el indicado y por la categoría del espectáculo.

Siempre es un placer volver a hablar de cómo baila y como coreografía Juan Manuel Fernández Montoya, nieto del Farruco e hijo de La Farruca..

Video cortesía de DeFlamenco. Farruquito y Esperanza Fernández

Este hombre baila con una naturalidad tal, que se diría que es algo inherente a su persona, como si no hubiera detrás horas y horas de trabajo. Es como si la danza surgiera de él, sin proponérselo, como si en él, el arte de bailar estuviera no solo en sus genes, que puede o no ser así, porque no todo se hereda, sino que más bien procediera de todo su ser, cuerpo y mente, espíritu o alma, individual o cósmica.

Llena la escena con su elegancia innata, cuando baila sin moverse de un pequeño espacio, cuando camina cruzando todo el espacio escénico, cuando pausa, cuando se sumerge en un silencio. Haga lo que haga, es como el espíritu de la danza, haga lo que haga, siempre irradia esa naturalidad tan suya y que al mismo tiempo parece ajena a él. Además se percibe la madurez que va añadiendo nuevas definiciones a su baile.

Archivo Fotográfico La Bienal de Flamenco 2024. Foto: @Laura Le—n

En realidad es difícil definir a Farruquito. Quizá porque es imposible definir el genio.

Mi propósito hoy es hablar de todo lo que compone el espectáculo, Recital de baile.  De los artistas de su elenco y de los invitados tampoco hay mucho que añadir. Qué hay que decir a estas alturas de la veterana cantaora del Barrio de Santiago de Jerez de la Frontera, Juana la del Pipa. O de la trianera Esperanza Fernández, hija del inolvidable Curro. O de la guitarra jerezana del barrio de San Miguel, Manuel Valencia, que en otra fecha de esta Bienal tiene su espacio propio. O de los cantaores de Sevilla Pepe de Pura, Ismael de la Rosa El Bola y  el de Jerez, Manuel de la Nina. O de las percusiones del sevillano Paco Vega, del bajo eléctrico paradigma de sonidos y emociones del granadino  Julián Heredia, o de los vientos de la armónica del onubense Fran Roca. Casi toda la geografía flamenca del sur, tratándose de Farruquito, ¿podría ser de otra manera?

Todo y todos coordinados por él, como director, en armonías compositivas por ese espacio escénico extraordinario del Maestranza, con una tecnología de iluminación que opaca o resplandece, que hace aparecer o desaparecer,  con esa aplicación moderna al servicio del teatro de una técnica que inventó el pintor Caravaggio en el siglo XVII con el nombre de chiaroscuro o en España tenebrismo con el maestro José de Ribera, afincado en el reino de Nápoles.

En este recital, diseño y obra de Antonio Valiente, verdadero maestro del chiaroscuro teatral.  No olvidemos a los maestros de sonido, Juan Luis Vela y Fali Pipió.

Todos ellos protagonistas imprescindibles al servicio de un resultado state of the arts. Porque eso es Recital de baile.

Los cuadros fueron sucediéndose tras un impresionante y minimalista Intro, por fandango, seguirilla, soleá por bulería, alegrías, bulerías, taranto, farruca, -aquí imprescindible, es el nombre de familia- tangos y como también imprescindible en todos los espectáculos de Farruquito, un fin de fiesta tan sevillano, a estilo familiar, de fiesta entre amigos, que culminó con una salida de escena, más que llena de arte.

Archivo Fotográfico La Bienal de Flamenco 2024. Foto: @Laura Le—n

Una noche única, que seguro tendrá repeticiones por toda la geografía flamenca mundial.


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