Bad Bunny breaks records and redefines streaming on Amazon Music

Bad Bunny lo volvió a hacer. Cada vez que el Conejo Malo se sube a un escenario —físico o digital— parece que la industria entera se acomodara para presenciar el espectáculo. En una función especial transmitida por Amazon Music el pasado sábado 20 de septiembre, el artista puertorriqueño impuso un nuevo récord de audiencia y se consolidó como el músico más visto en la historia de la plataforma.
Bad Bunny has done it again. Every time Bad Bunny takes to the stage—physical or digital—it seems as if the entire industry gathers around to witness the spectacle. In a special performance streamed on Amazon Music last Saturday, September 20, the Puerto Rican artist set a new audience record and established himself as the most-watched musician in the platform’s history.
El dato es relevante en un momento en que el streaming está marcado por cifras infladas y algoritmos que moldean nuestros hábitos de escucha. Lo logrado por Benito Antonio Martínez Ocasio trasciende los números: demuestra la capacidad de un artista para movilizar audiencias en tiempo real y generar experiencias únicas.
This figure is relevant at a time when streaming is dominated by inflated figures and algorithms that shape our listening habits. Benito Antonio Martínez Ocasio’s achievements transcend numbers: they demonstrate an artist’s ability to mobilize audiences in real time and generate unique experiences.
Bad Bunny no es solo un exponente del reguetón o de la música urbana: es un fenómeno cultural. Su autenticidad e irreverencia lo han convertido en referente global, capaz de unir a millones en torno a su propuesta artística. Mientras otros artistas dependen de la nostalgia o de campañas millonarias, él ha sabido construir una relación directa con su público.
Bad Bunny is not just an exponent of reggaeton or urban music: he’s a cultural phenomenon. His authenticity and irreverence have made him a global icon, capable of uniting millions around his artistic vision. While other artists rely on nostalgia or multimillion-dollar campaigns, he has managed to build a direct relationship with his audience.
El récord alcanzado confirma una tendencia: el público busca mucho más que playlists de fondo; quiere eventos que se sientan irrepetibles. Amazon Music capitalizó este magnetismo, pero la verdadera ganancia es cultural: los conciertos virtuales pueden alcanzar la magnitud de llenar estadios. Mientras otros artistas dependen de la nostalgia o de campañas millonarias, Benito Antonio Martínez Ocasio se basta con su autenticidad, esa mezcla de irreverencia y cercanía que lo conecta con millones.
The record achieved confirms a trend: audiences are looking for much more than background playlists; they want events that feel unique. Amazon Music capitalized on this magnetism, but the real gain is cultural: virtual concerts can reach the scale of filling stadiums. While other artists rely on nostalgia or multimillion-dollar campaigns, Benito Antonio Martínez Ocasio relies on his authenticity, that blend of irreverence and relatability that connects him with millions.
Algunos podrán cuestionar su estilo, pero negar su impacto sería ignorar la evidencia. Bad Bunny no solo lidera el mercado; lo redefine. Y cada récord que rompe no es solo un logro personal, sino un capítulo en la historia contemporánea de la música.
Some may question his style, but to deny his impact would be to ignore the evidence. Bad Bunny doesn’t just lead the market; he redefines it. And every record he breaks is not just a personal achievement, but a chapter in the contemporary history of music.
Bad Bunny no compite con otros cantantes; compite con la historia. y como decimos en Puerto Rico: “Anoche la volvió a montar”, le guste a quien no le guste y eso es un orgullo patrio, porque el mundo lo vio, lo disfrutó y se lo gozó.
Bad Bunny isn’t competing with other singers; he’s competing with history. And as we say in Puerto Rico, «Last night he did it again,» whether you like it or not, and that’s a source of national pride, because the world saw it, enjoyed it, and reveled in it.

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