COLOMBIA: «Soy Voz, Soy Cultura», una apuesta de la Fundación Albenco por la transformación social y cultural en Cartagena

Guillermo Lozano Sarah. Periodista, Docente universitario, CDG de Turismo. 
COLUMNISTA

Cartagena de Indias es una ciudad caracterizada por su enorme riqueza cultural y patrimonial, visible en sus tradiciones orales, expresiones artísticas, festividades y museos. Sin embargo, esta riqueza contrasta con la limitada apropiación social de la cultura en comunidades populares, donde los procesos de formación, participación y acceso a bienes culturales son fragmentados, esporádicos o inexistentes. El déficit en la transmisión cultural y en el acceso efectivo a derechos culturales genera brechas sociales, reduce las oportunidades de desarrollo humano y debilita el sentido de pertenencia comunitaria.

En este contexto, Soy Voz, Soy Cultura se concibe como una estrategia integral de cooperación cultural y transformación social, liderada por la Fundación Albenco, que busca responder a una necesidad central: abrir espacios de formación y participación que fortalezcan las capacidades expresivas, creativas y de liderazgo cultural de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ), y al mismo tiempo, revalorizar el papel de los gestores culturales y sabedores comunitarios como agentes multiplicadores del cambio social.

El proyecto contempla dos grupos poblacionales beneficiarios que se articulan en una misma ruta de trabajo. Por un lado, los gestores culturales y sabedores comunitarios, históricamente subutilizados, invisibilizados o relegados de los procesos institucionales, han visto debilitada su participación en la construcción cultural de la ciudad. La propuesta busca su formación en la metodología de intervención comunitaria diseñada por Albenco, con el fin de que se conviertan en multiplicadores y referentes locales que acompañen a las comunidades en procesos sostenibles de arte, cultura y memoria. Reconocer, visibilizar y fortalecer a estos actores es esencial para dignificar su rol, garantizar la transmisión intergeneracional de saberes y consolidar una red de gestores culturales con incidencia real. Por otro lado, los niños, niñas, adolescentes y jóvenes participan en talleres de lectura, escritura, oralidad, teatro, danza, música, artes plásticas, pintura y poesía, así como en actividades de muralismo, ritmos tradicionales y narrativas digitales, con el objetivo de desarrollar capacidades expresivas, comunicativas y de liderazgo. A través de la Escuela de Liderazgo Cultural Juvenil y los colectivos de comunicación comunitaria, los participantes serán formados como gestores culturales infantiles y juveniles, y cada grupo culminará el proceso diseñando y ejecutando un proyecto social con enfoque cultural y de paz, convirtiéndose así en agentes multiplicadores dentro de sus propios territorios.

Ambos grupos convergen en actividades articuladoras como las mesas de trabajo con instituciones públicas y privadas, instituciones educativas y museos de la ciudad, generando una red amplia de cooperación cultural. Este enfoque busca construir lo que se ha denominado un círculo de calidad cultural, donde se integran esfuerzos comunitarios, institucionales y académicos para potenciar el impacto del proyecto. Un elemento innovador de la propuesta es la creación de rutas culturales en barrios e instituciones educativas de Cartagena, mediante las cuales los gestores culturales y los jóvenes organizan muestras, ferias y exposiciones que visibilizan lo autóctono, revitalizan las tradiciones locales y acercan a la ciudadanía a sus propias expresiones patrimoniales. Las rutas culturales no solo fortalecen la identidad comunitaria, sino que también propician escenarios de diálogo, solidaridad y convivencia pacífica en territorios históricamente atravesados por desigualdades y conflictividades.

El enfoque de Soy Voz, Soy Cultura se sustenta en los marcos internacionales de política cultural. La UNESCO, en su Convención de 2003 sobre la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, reconoce que la transmisión de saberes y prácticas culturales es esencial para garantizar la diversidad cultural y el desarrollo sostenible. A su vez, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas destaca en el ODS 16 la necesidad de promover sociedades pacíficas e inclusivas, donde la cultura desempeña un papel clave en la prevención de violencias y la consolidación de la paz. En el ámbito nacional, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes reconoce los derechos culturales como parte integral de los derechos humanos, y el Plan Nacional de Cultura 2024–2038 enfatiza la importancia de la lectura, la oralidad, la memoria y la participación juvenil como ejes estratégicos.

Bajo el liderazgo de la Fundación Albenco, Soy Voz, Soy Cultura ofrece una propuesta que materializa la solidaridad, el trabajo en equipo y la gestión cultural comunitaria. No se trata únicamente de fomentar actividades artísticas aisladas, sino de generar procesos sostenidos que articulen formación, memoria y gestión, asegurando que los proyectos nacidos en el marco de esta estrategia se conviertan en realidades tangibles dentro de los territorios.

En términos de impacto, el proyecto busca revalorizar el rol de gestores culturales y sabedores como actores centrales en la construcción cultural de la ciudad, formar nuevas generaciones de líderes juveniles que utilicen el arte, la cultura y la comunicación como herramientas para la construcción de paz, potenciar el vínculo entre las comunidades y los museos entendidos como espacios de memoria viva, consolidar una red de cooperación cultural con instituciones educativas, entidades públicas y privadas, colectivos y comunidades, y fortalecer la identidad cultural local mediante las rutas culturales y la visibilización de las tradiciones autóctonas.

En suma, Soy Voz, Soy Cultura constituye una apuesta innovadora y necesaria para Cartagena: un proyecto que reconoce la cultura como eje de desarrollo humano y social, que articula memoria, arte y paz, y que busca materializar la fuerza transformadora de la gestión cultural comunitaria. Con esta propuesta, la ciudad no solo asegura la transmisión de su riqueza cultural a las nuevas generaciones, sino que también fortalece las bases para construir una sociedad más inclusiva, participativa y en paz.

“Con Soy Voz, Soy Cultura reafirmamos nuestro compromiso de poner la cultura en el centro de la transformación social. Creemos en la fuerza del arte y en el poder de la memoria como motores de cambio. Este proyecto es un puente entre generaciones y territorios, un espacio donde los saberes comunitarios se encuentran con los sueños de la juventud. Desde la Fundación Albenco, seguiremos trabajando por una Cartagena que abrace su identidad cultural y la proyecte como camino hacia la paz y la inclusión.”, afirmó Madelin Hernández Coneo, directora ejecutiva de la Fundación Albenco.

El proyecto no solo fomenta la cultura como expresión artística, sino que la convierte en un puente hacia la inclusión, la cohesión social y la creación de nuevas oportunidades. Cada taller, cada encuentro y cada escenario levantado por Albenco es un recordatorio de que la cultura no es un lujo, sino un derecho y un motor de transformación.

Porque el arte no es únicamente un acto creativo: es una voz que une, un camino que abre horizontes y un espejo donde las comunidades se reconocen y se proyectan hacia el futuro. En Albenco, cada acción es una invitación a creer en el poder de la cultura como la fuerza más inspiradora para transformar realidades y construir una Cartagena más justa, creativa y solidaria.

Con la colaboración editorial de Madelin Hernandez Coneo.


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