La aventura del tango: El Gordo Triste

Aníbal Carmelo Troilo Bagnoli (11 de julio de 1914 – 18 de mayo de 1975, Argentina), fue conocido como “el gordo triste” o “el bandoneón mayor de Buenos Aires”, recibió el apodo de “Pichuco” –inmortal si los hay- de su padre, descendiente de inmigrantes italianos, supuestamente por una deformación del napolitano “picciuso” (llorón), y vio la luz en una casa humilde de las cercanías del Mercado de Abasto. Continúa leyendo La aventura del tango: El Gordo Triste

LA AVENTURA DEL TANGO: «NADIE COMO VOS»

Cada vez que Carlos Gardel viajaba a Montevideo a escuchar cantar a su amigo Néstor Feria, tras el aplauso y el saludo, repetía, desde su emoción admirativa: -Nadie como vos, Negro, para estas cosas… Continúa leyendo LA AVENTURA DEL TANGO: «NADIE COMO VOS»

LA AVENTURA DEL TANGO: EL SONIDO CELESTIAL

La anécdota fue relatada por Enrique Lannoo, un músico fundamental en la historia del tango a partir de la segunda mitad de la década de 1950 –nacido en Buenos Aires en abril de 1940- y quien pasó luciendo su arte por las principales orquestas, entre ellas las de Aníbal Troilo y Osvaldo Pugliese, como violonchelista, compositor y arreglador. Continúa leyendo LA AVENTURA DEL TANGO: EL SONIDO CELESTIAL

LA AVENTURA DEL TANGO: AQUELLOS, EN LA NIEBLA 

Ferradás Campos (11 de agosto de 1913, Formosa – 20 de abril de 1986, Buenos Aires) tuvo una gran trayectoria radial como periodista de teatro y deportes y autor de radioteatros famosos, fue poeta, letrista de tango y director de revistas de actualidad, caso de la recordada “Antena”. Continúa leyendo LA AVENTURA DEL TANGO: AQUELLOS, EN LA NIEBLA 

LA AVENTURA DEL TANGO: Violín y Violinistas

Hubo en San José un violinista muy popular –el entrañable Chiche Tagliabúe- que solía tocar en bares, en fiestas y, sobre todo, en los prostíbulos. Llegó a tener un pequeño conjunto integrado por hijos y sobrinos. Continúa leyendo LA AVENTURA DEL TANGO: Violín y Violinistas

LA AVENTURA DEL TANGO: De la Mejor Estirpe

-Yo entré a la orquesta de Troilo en 1963, en su línea de bandoneones. Un día, tres años después, a Pichuco, en los estudios de la RCA Víctor, le hicieron escuchar una flamante grabación de Goyeneche, ya solista: quedó admirado por el sonido del grupo que acompañaba a su ex cantor. Y preguntó: “¿Quién hizo los arreglos?”. Le contestaron: “Garello”. Continúa leyendo LA AVENTURA DEL TANGO: De la Mejor Estirpe