LA AVENTURA DEL TANGO: EL QUE ABRIÓ LA PUERTA

-Eras delgado y ágil, de rostro pálido. Vestías casi siempre de traje oscuro, con saco de solapas pequeñas. Y lucías en el pecho, debajo de tu mentón lampiño, el moño negro y volador que enlutaba tu bohemia romántica. De tu frente limpia arrancaba un jopo caprichoso, castaño y elegante. Venías del barrio. Del fondo del barro, allá por Almagro. Continúa leyendo LA AVENTURA DEL TANGO: EL QUE ABRIÓ LA PUERTA